lunes, 5 de diciembre de 2011

Mapa de europa S. XVII despues del tratado de Westfalia



La Paz de Westfalia se refiere a los dos tratados de paz de Osnabrück y Münster por los cuales finalizó la Guerra de los Treinta Años en Alemania y la Guerra de los ochenta años entre España y los Países Bajos. 

En estos tratados participaron Fernando III de Habsburgo, los Reinos de España, Francia y Suecia, las Provincias Unidas y sus respectivos aliados entre los príncipes del Sacro Imperio Romano.

La Paz de Westfalia dio lugar al primer congreso diplomático moderno e inició un nuevo orden en el centro de Europa basado en el concepto de soberanía nacional.

Mapa del Imperio español. Época de Felipe II




El Imperio empezó el 2 de Agosto del año 1492 cuando Cristóbal Colón salen al alba del puerto de Palos en tres carabelas: La Santa María. La Pinta y La Niña. Tras una parada en Canarias para arreglar el timón de La Pinta el Almirante Colón pone rumbo hacia el Oeste.



Felipe II, el Prudente, nació en Valladolid el 21 de mayo de 1527, hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. Ya desde muy joven fue preparado para ser rey; de ello se encargaron Juan Martínez Silíceo y Juan de Zúñiga. Su padre también le educó y preparó en política y diplomática, dejándole como regente durante sus ausencias en 1543 y 1551.

Asumió el trono español tras la abdicación de Carlos I en 1556 y hasta 1598 gobernó el vastísimo imperio integrado por Castilla, Aragón, Cataluña, Navarra, Valencia, el Rosellón, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, Portugal y su imperio afroasiático, toda la América descubierta y Filipinas.

Después de viajar por Italia, los Países Bajos y ser reconocido como sucesor regio en los Estados flamencos y por las Cortes castellanas, aragonesas y navarras, se dedicó plenamente a gobernar desde la Corte madrileña con gran empeño.
     
La monarquía de Felipe II se apoyaba en un gobierno de consejos, secretarios reales y una poderosa administración centralizada aunque las bancarrotas, las dificultades económicas y los problemas fiscales fueron las principales características del reinado.
     
Los problemas internos del reinado de Felipe II están marcados principalmente por dos hechos: la muerte en 1568 del príncipe heredero Carlos, que había sido arrestado debido a sus contactos con los miembros de una presunta conjura sucesoria promovida por parte de la nobleza contra Felipe. La figura del secretario Antonio Pérez fue muy notoria en el Gobierno hasta que fue destituido y acusado de corrupción.
     
En política exterior, el monarca se preocupó en mantener y proteger su Imperio; prueba de ello fueron los matrimonios que contrajo: se casó por primera vez con María de Portugal en 1543 y tras su muerte, con María I Tudor, reina de Inglaterra, en 1554. Su tercer matrimonio fue con la francesa Isabel de Valois en 1559 y al quedarse nuevamente viudo y sin herederos varones, se casó por cuarta vez, en 1570, con su sobrina Ana de Austria, madre del sucesor al trono español, Felipe III.
    
La unidad religiosa estuvo muy presente en todos los aspectos de la vida de Felipe II, unidad de una fe que se veía amenazada por las incursiones berberiscas y turcas en las costas mediterráneas. Para hacer frente al Imperio Otomano se constituyó la llamada Liga Santa integrada por una serie de Estados como Venecia, Génova y el Papado.
    
En 1565, a pesar de la victoria frente a los berberiscos en Malta, continuó la hostilidad con los otomanos. Don Juan de Austria, al mando de la flota naval, obtuvo una gran victoria, aunque no la definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular también se produjeron sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras granadinas.
    
Durante su reinado, Felipe II tuvo que afrontar numerosos conflictos externos: España luchó con Francia por el control de Nápoles y el Milanesado; y debido al elevado gasto económico de estas pugnas, pactaron la paz en Cateau-Cambrésis en 1559.
    
Las relaciones con Inglaterra y la lucha de ambos países por el control marítimo chocaron a partir de la muerte de la esposa de Felipe II, María Tudor. La hostilidad concluyó en 1588 con la derrota de la Armada Invencible, capitaneada por el duque de Medina-Sidonia, hecho que marcó el inicio del declive del poder naval español en el Atlántico.
    
Tampoco pudo solucionar el conflicto político-religioso generado en los Países Bajos. Ninguno de sus gobernadores consiguió mitigar la sublevación de los Estados Generales y la definitiva emancipación de Holanda, Zelanda y el resto de las Provincias Unidas.
    
A pesar de todos estos problemas, Felipe II logró un gran triunfo político al conseguir la unidad ibérica con la anexión de Portugal y sus dominios, al hacer valer sus derechos sucesorios en 1581 en las Cortes de Tomar. Completó la obra unificadora iniciada por los Reyes Católicos. 

Se apartó la nobleza de los asuntos de Estado, siendo sustituida por secretarios reales procedentes de clases medias al mismo tiempo que se dio forma definitiva al sistema de Consejos. Se impuso prerrogativas a la Iglesia, se codificaron leyes y se realizaron censos de población y riqueza económica.



Mapa de Europa s.XVI


SITUACIÓN DE EUROPA EN EL SIGLO XVI

Inglaterra se aliaba con diversos países en la lucha entre los Habsburgo (Alemania) y Francia. Escocia era independiente.
Alemania estaba gobernaba por la dinastía de los Habsburgo de Austria. El imperio alemán tenía una monarquía selectiva. Así, Alemania queda enlazada con los países bajos, con España y con el norte y sur de Italia, y todo debido a matrimonios dinásticos, ya que la casa de Austria tenía la costumbre de casarse con los herederos de otras familias. Así, Maximiliano de Habsburgo se casó con María de Borgoña que era un ducado francés. Además, Maximiliano tenía los territorios heredados por los Habsburgo, o sea, Austria. También tenía derecho a Hungría, de lo que más tarde salió el imperio austro-húngaro. También hereda derechos sobre el ducado de Milán (norte de Italia) y su hijo Felipe el hermoso se casó con Juana la loca, hija de los reyes católicos: Fernando de Aragón e Isabel la católica de Castilla. De esta manera, por este matrimonio dominó toda la península ibérica, menos Portugal y Cerdeña y todo el sur de Italia. Los Habsburgo tenían una cantidad de territorios que rodeaban a Francia y eso explica que durante todo el siglo XVI, Francia luchara con los Habsburgo. Primero luchó en Alemania, luego en España, Nápoles, Milán y finalmente en los Países Bajos.
Francia era el país más poblado de toda Europa. Era el centro de atención. Se veía amenazado por el dominio de los Habsburgo que tenían gran cantidad de territorios.
El reino de Polonia, unido a Lituania, llegaba hasta el Mar Negro y servía como frontera entre occidente y la civilización rusa que no forma parte de occidente.
Al sur se encontraba el enorme imperio turco que había penetrado profundamente Europa. Es lo que hoy conocemos como Grecia, Albania, Yugoslavia, Rumania, Hungría y Bulgaria.
España en ese momento estaba volcada hacia América, que se descubre en 1492, y que se ocupó en su totalidad en los próximos 50 a 60 años. Ya en 1550 toda América estaba conquistada y se había dominado la población indígena, salvo Norteamérica donde los ingleses de dedicaron a explorar.
Italia estaba dividida en una cantidad de pequeños estados, como Nápoles, Milán, los Estados Pontificios que tenía como capital Roma. Venecia y Génova eran repúblicas. Italia no configuraba una unidad, estaba fraccionada en muchos estados soberanos y solo se unifica en el siglo XIX.
Así, en Europa habían poco estados. Los estados del norte no tenían ninguna participación. Se trataba de los Habsburgo contra Francia.

domingo, 30 de octubre de 2011

Mapa de los reinos cristianos y musulmanes de la Baja Edad Media

Reconquista es el período de la historia de la Península Ibérica comprendido entre los años 718 y 1492 (final del reino de Granada). Durante este largo período, reinos cristianos y musulmanes coexistieron y lucharon en el territorio peninsular.
Podemos distinguir diversas fases:
  • Primera etapa (siglos VIII-X)
Desde las primeras escaramuzas de importancia, como la victoria cristiana en Covadonga (722) se abre un largo período en el que los núcleos cristianos del norte consolidan su territorio y avanzan tímidamente hacia el sur. El reino asturiano alcanzó la línea del Duero en el año 910. Esto llevó a que Ordoño II (914-924) trasladara a León el centro político del reino. A partir de entonces se comienza a hablar de reino astur-leonés, y después de reino de León.
  • Segunda etapa (siglos XI y primera mitad del XII)
Aprovechando la debilidad musulmana tras el fin del Califato y la disgregación de los Reinos Taifas, León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo. Toledo se reconquista en 1085. La ocupación del reino de Toledo significó la incorporación a su reino del territorio situado entre el Sistema Central y el río Tajo.
Tras el freno impuesto a la reconquista por la invasión almohade, el avance hacia el sur se reactivo en los reinos orientales cuando Alfonso I de Aragón reconquistó Zaragoza en 1118 y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó Tortosa (1148) y Lérida (1149). Mientras Portugal conquistaba Lisboa en el 1147.
  • Tercera etapa (fines del siglo XII y principios del XIII)
Tras la interrupción del avance con la llegada de los almohades, poco a poco Castilla-León consiguió dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Ese proceso culminó con la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), que abrió definitivamente el avance cristiano hacia el valle del Guadalquivir y Valencia.
  • Cuarta etapa (siglo XIII)
Rápida ocupación del valle del Guadalquivir (Córdoba, Sevilla) por Fernando III el Santo (1252) y de Valencia y las Baleares por Jaime I el Conquistador (1276). Quedará el reducto musulmán de Granada hasta 1492.

Mapa de las divisiones administrativas de la Hispania romana





División provincial de Hispania
206 a.C.: A raíz de la 2ª Guerra Púnica, Hispania pasa a ser una "provincia" romana.
197 a.C.: El territorio español ocupado por los romanos se divide en dos provincias: Hispania Citerior, al Norte, e Hispania Ulterior, al Sur, separadas por el "Saltus Castulonensis".
27 a.C.: División en tres provincias: la Citerior - muy extendida y con acrecentamiento posterior de su territorio - pasa a llamarse Tarraconense; la Ulterior se divide en dos, Bética (senatorial) y Lusitania, separadas por el Guadiana.
216 d.C.: Bajo Caracalla, se desgajó temporalmente de la Citerior-Tarraconense una nueva provincia, "Gallaecia-Asturia".
Fin del siglo III...: En la reestructuración del Imperio hecha por Diocleciano (y la posterior de Constantino) Hispania pasó a ser una "diócesis" (adscrita a la prefectura de las Galias), que comprendía seis provincias: Bética, Lusitania, Cartaginense, Galecia, Tarraconense y Mauritania Tingitana (en el Norte de África).
385 d.C.: De la Cartaginense se desgaja como nueva provincia la Baleárica.

Mapa de la división de los pueblos prerromanos

Entre los siglos VIII y III a.C, habitaron la Península Ibérica diferentes pueblos que se organizaban en distintas áreas culturales, cada una con un nivel de desarrollo diferente:


1. Los pueblos ibéricos (sur y levante):


Hablaban la misma lengua y conocían la escritura, que no se ha podido descifrar. Su economía se basaba en agricultura, ganadería, minería, comercio y moneda. Se organizaban políticamente en ciudades-estado o asambleas. Sus poblados amurallados se situaban en lugares estratégicos. La sociedad estaba jerarquizada.Los íberos eran un conjunto de pueblos autóctonos, descendientes de los pobladores neolíticos de la costa mediterránea. Organizados en tribus, no formaban una unidad política sino cultural, ya que al sustrato cultural indígena se superpusieron influencias de los pueblos colonizadores mediterráneos: fenicioscartagineses y griegos La cultura ibérica se desarrolló en torno a los siglos VI-V a. de C. y perduró hasta la romanización (siglo I a. de C).
Rendían culto a sus dioses en santuarios situados al aire libre. En su arte destacan las esculturas en piedra con influencias fenicias y griegas, como las llamadas damas (Dama de Elche, de Baza) y esculturas de animales con finalidad protectora.

2. Los pueblos celtas (centro, oeste y norte):

Los pueblos celtas del centro y oeste península estaban más atrasados que los íberos. Tenían economía agrícola o ganadera, comercio escaso y sin moneda; la sociedad se organizaba en tribus, agrupadas por parentesco en clanes y gobernadas por una aristocracia guerrera, elegida según el prestigio personal.
Los celtíberos de la zona oriental de la Meseta eran el resultado del contacto de la cultura celta con la ibérica. 
Los pueblos del norte peninsular, de origen indoeuropeo, eran los más atrasados debido a su aislamiento. Vivían fundamentalmente de la ganadería y pesca; sus poblados (castros) estaban fuertemente amurallados.