domingo, 30 de octubre de 2011

Mapa de los reinos cristianos y musulmanes de la Baja Edad Media

Reconquista es el período de la historia de la Península Ibérica comprendido entre los años 718 y 1492 (final del reino de Granada). Durante este largo período, reinos cristianos y musulmanes coexistieron y lucharon en el territorio peninsular.
Podemos distinguir diversas fases:
  • Primera etapa (siglos VIII-X)
Desde las primeras escaramuzas de importancia, como la victoria cristiana en Covadonga (722) se abre un largo período en el que los núcleos cristianos del norte consolidan su territorio y avanzan tímidamente hacia el sur. El reino asturiano alcanzó la línea del Duero en el año 910. Esto llevó a que Ordoño II (914-924) trasladara a León el centro político del reino. A partir de entonces se comienza a hablar de reino astur-leonés, y después de reino de León.
  • Segunda etapa (siglos XI y primera mitad del XII)
Aprovechando la debilidad musulmana tras el fin del Califato y la disgregación de los Reinos Taifas, León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo. Toledo se reconquista en 1085. La ocupación del reino de Toledo significó la incorporación a su reino del territorio situado entre el Sistema Central y el río Tajo.
Tras el freno impuesto a la reconquista por la invasión almohade, el avance hacia el sur se reactivo en los reinos orientales cuando Alfonso I de Aragón reconquistó Zaragoza en 1118 y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó Tortosa (1148) y Lérida (1149). Mientras Portugal conquistaba Lisboa en el 1147.
  • Tercera etapa (fines del siglo XII y principios del XIII)
Tras la interrupción del avance con la llegada de los almohades, poco a poco Castilla-León consiguió dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Ese proceso culminó con la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), que abrió definitivamente el avance cristiano hacia el valle del Guadalquivir y Valencia.
  • Cuarta etapa (siglo XIII)
Rápida ocupación del valle del Guadalquivir (Córdoba, Sevilla) por Fernando III el Santo (1252) y de Valencia y las Baleares por Jaime I el Conquistador (1276). Quedará el reducto musulmán de Granada hasta 1492.

Mapa de las divisiones administrativas de la Hispania romana





División provincial de Hispania
206 a.C.: A raíz de la 2ª Guerra Púnica, Hispania pasa a ser una "provincia" romana.
197 a.C.: El territorio español ocupado por los romanos se divide en dos provincias: Hispania Citerior, al Norte, e Hispania Ulterior, al Sur, separadas por el "Saltus Castulonensis".
27 a.C.: División en tres provincias: la Citerior - muy extendida y con acrecentamiento posterior de su territorio - pasa a llamarse Tarraconense; la Ulterior se divide en dos, Bética (senatorial) y Lusitania, separadas por el Guadiana.
216 d.C.: Bajo Caracalla, se desgajó temporalmente de la Citerior-Tarraconense una nueva provincia, "Gallaecia-Asturia".
Fin del siglo III...: En la reestructuración del Imperio hecha por Diocleciano (y la posterior de Constantino) Hispania pasó a ser una "diócesis" (adscrita a la prefectura de las Galias), que comprendía seis provincias: Bética, Lusitania, Cartaginense, Galecia, Tarraconense y Mauritania Tingitana (en el Norte de África).
385 d.C.: De la Cartaginense se desgaja como nueva provincia la Baleárica.

Mapa de la división de los pueblos prerromanos

Entre los siglos VIII y III a.C, habitaron la Península Ibérica diferentes pueblos que se organizaban en distintas áreas culturales, cada una con un nivel de desarrollo diferente:


1. Los pueblos ibéricos (sur y levante):


Hablaban la misma lengua y conocían la escritura, que no se ha podido descifrar. Su economía se basaba en agricultura, ganadería, minería, comercio y moneda. Se organizaban políticamente en ciudades-estado o asambleas. Sus poblados amurallados se situaban en lugares estratégicos. La sociedad estaba jerarquizada.Los íberos eran un conjunto de pueblos autóctonos, descendientes de los pobladores neolíticos de la costa mediterránea. Organizados en tribus, no formaban una unidad política sino cultural, ya que al sustrato cultural indígena se superpusieron influencias de los pueblos colonizadores mediterráneos: fenicioscartagineses y griegos La cultura ibérica se desarrolló en torno a los siglos VI-V a. de C. y perduró hasta la romanización (siglo I a. de C).
Rendían culto a sus dioses en santuarios situados al aire libre. En su arte destacan las esculturas en piedra con influencias fenicias y griegas, como las llamadas damas (Dama de Elche, de Baza) y esculturas de animales con finalidad protectora.

2. Los pueblos celtas (centro, oeste y norte):

Los pueblos celtas del centro y oeste península estaban más atrasados que los íberos. Tenían economía agrícola o ganadera, comercio escaso y sin moneda; la sociedad se organizaba en tribus, agrupadas por parentesco en clanes y gobernadas por una aristocracia guerrera, elegida según el prestigio personal.
Los celtíberos de la zona oriental de la Meseta eran el resultado del contacto de la cultura celta con la ibérica. 
Los pueblos del norte peninsular, de origen indoeuropeo, eran los más atrasados debido a su aislamiento. Vivían fundamentalmente de la ganadería y pesca; sus poblados (castros) estaban fuertemente amurallados.