En relación al contenido de El engorde de censos reaparece en Ourense antes de las municipales podemos destacar, entre otros, los siguientes aspectos:
El oportunismo, haciendo referencia al momento en que éste aparece en los medios de comunicación, ni más ni menos que justo antes de unas elecciones. Curioso que meses e incluso años atrás nadie se interesase por el estado del padrón municipal.
El sensacionalismo, considerando como espectacular, inexplicable, de magnitudes inusitadas… el incremento de 80 personas en un municipio (del cual se reconoce que muchos de sus vecinos lo abandonaron, para vivir en otro lugar, pero no por eso tuvieron que llevarse los intereses que allí poseen –finca, casas…- y por las que seguro tienen interés)
El desinterés de todos: políticos, periodistas, vecinos… A nadie se le ocurre poner solución a esto con el tiempo y medios necesarios, hasta cuarenta y ocho horas antes de que nos pueda servir de crítica, escusa, etc.
La ofuscación, intentado justificar el posible fracaso, la no consecución de objetivos… a causa de la presunta irregularidad.
Y lo que considero como mal mayor, la aceptación, pues todo el mundo considera que lo publicado es cierto, pero nos da lo mismo, nadie hace absolutamente nada por cambiar la situación, porque esto no se vuelva a repetir (nadie deja de votar por eso, nadie denuncia formalmente la irregularidad, nadie exige los cambios necesarios en la ley electoral, etc.)
Lo cierto y curioso es que, al final, todo sigue igual.
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